Grzegorz Lato: El rey de los goleadores del Mundial de 1974
En el Mundial de 1974 en Alemania Occidental, Lato le dio al mundo una buena razón para recordar su nombre, que hasta entonces solo recordaban los ojeadores y los defensas de la liga polaca.
Siete goles, una bota de oro y el gran regreso de Polonia
Lato anotó siete goles en siete partidos, sin lanzar ningún penalti. Jugaba un fútbol rápido y directo, y volaba por la banda como una flecha. Aunque en semifinales los polacos cayeron ante los alemanes, en el partido por el tercer puesto derrotaron a Brasil – y fue Lato quien lo decidió. Séptimo gol, séptimo partido. Simbólico.
Sus actuaciones reflejaban la increíble fuerza de la selección polaca de los años 70, que cuatro años antes había ganado los Juegos Olímpicos y dos años después terminaría tercera del mundo.
¿Qué hacía a Lato tan excepcional?
Explosividad y sincronización – no era un mago de la técnica, pero su sincronización y sus desmarques eran letales.
Instinto de depredador – cuando el balón botaba en el área, Lato sabía exactamente dónde estar.
Disciplina y espíritu de equipo – nunca actuó como una estrella, aunque lo era.
Una leyenda que los polacos no olvidan
Grzegorz Lato fue más que un rey de los goleadores. Fue la cara del fútbol polaco en una época en la que el país vivía tras la cortina de hierro, pero a través del deporte demostraba que podía medirse con cualquiera.
Hoy se habla menos de él que de Lewandowski o Zieliński, pero los verdaderos aficionados saben que sin Lato no existiría la gloria del fútbol polaco.
Grzegorz Lato se convirtió en una de las caras de una generación de polacos que literalmente volvió loco a todo el país con el fútbol. Y es genial ver cómo Europa Central ha producido y sigue produciendo hasta hoy estrellas mundiales del fútbol.
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