La segunda mitad de la temporada se está poniendo en marcha lentamente y muchos de los porteros están lidiando con problemas bastante serios en las frías y a veces inhóspitas condiciones locales. ¿Cómo mantener las manos y, en realidad, todo el cuerpo a una temperatura ideal para no tener que llevar una tonelada de ropa y, al mismo tiempo, que atrapar sea cómodo?
Prepararse adecuadamente para el rendimiento
Para que no tengas frío y tu rendimiento no se vea afectado por malas condiciones, es necesario prevenirlo ya en el vestuario. Es importante vestirse bien, preferiblemente con alguna ropa térmica de compresión más ajustada que evite la pérdida de calor del cuerpo. Otra opción es aplicar un ungüento caliente en los músculos más grandes que sufren con el frío, como los muslos. ¡Pero no hay que pasarse con eso! La base fundamental es tener ropa seca. La ropa mojada se enfría muy rápidamente y, por lo tanto, tendrás frío. No están de más las chaquetas cortaviento o de material sintético, especialmente en caso de lluvia.
La base es el movimiento
Al llegar al campo, lo primero que debes hacer es calentar tu cuerpo. Es realmente difícil estirar los músculos si acabas de llegar al entrenamiento y apenas te has vestido en el vestuario. Haz un par de anchos, haz algunas flexiones o sentadillas. Es muy bueno hacer algunos ejercicios más dinámicos, como skipping bajo o alto, conocidos en el argot del fútbol como “rodillas altas” y “pies rápidos”. Solo después de calentar todo el cuerpo en su conjunto, puedes pasar a estiramientos. Pero ten cuidado de no volver a enfriarte, por lo que el estiramiento de los músculos debe hacerse al menos parcialmente en movimiento.
¡No entres a la portería con guantes de dedo!
Si hay un problema muy común entre los porteros, desde la primera liga hasta las ligas locales, es el frío en las manos. Sí, el frío en la parte más importante del cuerpo del portero es un obstáculo que no solo debilita el rendimiento, sino que también aumenta el riesgo de lesiones. ¿Qué hacer al respecto? Esa es en realidad una pregunta con la que todos los porteros todavía luchan de alguna manera. Algunos intentan calentar las manos bajo los guantes con textiles adicionales, como ponerse guantes de silicona (de médico). Basta con un poco de polvo debajo y tus manos se mantendrán secas y calientes. El problema es que pierdes bastante sensibilidad con el balón. Otros se ponen almohadillas térmicas dentro de los guantes, que calientan gracias a una reacción química al romper una ampolla en su interior. Una vez más, nos encontramos con un problema. Las almohadillas generalmente no son del tamaño ideal, por lo que tus manos tendrán un movimiento bastante limitado. En mi opinión, lo mejor es simplemente mover los dedos. Todo el tiempo. Porque así mantendrás al menos un poco de calor en tus manos y al mismo tiempo no perderás sensibilidad.